A principios de los 80’s, Blackie Lawless fue una de las figuras más infames del mundo del rock. Su banda WASP se convirtieron de la noche a la mañana en los reyes del shock rock y el titulo de su single de debut, ANIMAL (Fuck like a beast) fue tan polémico que hasta el gigante discográfico de la época EMI se negó a lanzarlo en la mayor parte de Europa. Pero sus directos no quedaron exentos de la polémica. Sangre, carne cruda, y una señorita desnuda atada a un potro de tortura convertían a WASP en aquello prohibitivo que todo el mundo quería conocer.
Nacido como Stephen Edward Duren el 4 de septiembre de 1956 en Staten Island, Nueva York desde muy pequeño se convirtió en un chico salvaje de las calles, enviado a una escuela militar por su padre acabó siendo expulsado por intentar apuñalar a un superior.
Cuando formó WASP, Blackie no pudo encontrar a compañeros que como él estuvieran más cerca de la cárcel. Todos se habían mal ganado la vida como músicos de estudio, pero en realidad eran fieras enjauladas totalmente frustradas que con WASP quedaron libres para dar rienda suelta a todas sus perversiones. Eran una auténtica banda de gente enfadada con la vida que usaron el escenario para desahogarse y no acabar muertos en algún callejón de cualquier ciudad.
Durante los primeros meses del 82’ Blackie se había pasado los días perfeccionando las canciones de WASP y enviando demos de calidad a todas las discográficas sin respuesta alguna de ninguna. Unas demos que contenían lo que sería la mayoría de las canciones de su exitoso disco de debut del 84’.
Unos meses después, finalmente consiguieron su primera oportunidad de mostrarse en directo. El lugar se llamada Woodstock Concert Theatre. Un recinto en Anaheim, California donde ese mismo mes el teatro ya había recibido entre otros a unos jovencísimos Slayer y Metallica. Fue el 28 de agosto de 1982 el que está fijado como el primer concierto de WASP con Blackie a la voz y guitarra, Chris Holmes como guitarra principal, Don Costa como bajista y Tony Richards a la batería. Esa noche WASP lanzó un set list que sentaría las bases de lo que llegarían a conseguir con “Love Machine”, “On Your Knees” y “Hellion”.
Entre el primer concierto de WASP y dos conciertos programados para septiembre en el emblemático Troubadour del West Hollywood, Holmes y Costa tuvieron una fuerte discusión y se planteó que uno de los dos dejara la banda y Lawless decidió que Costa dejara WASP. Eso propició que Randy Piper con quien Lawless tenía una relación de amistad y trabajos conjuntos pasados entrara en el grupo y se encontraran con 3 guitarras y ningún bajista. A medida que se venían encima las fechas del Troubadour, 21 y 28 de septiembre, Lawless tomó la decisión de en vez de buscar bajista ser el mismo.
El primer Troubadour de WASP atrajo a una multitud de 63 personas, invitados incluidos. La segunda fecha no iba por mejor camino, pero si contó con dos espectadores de lujo: Ace Frehley de KISS y el manager Bill Aucoin a quien Lawless convenció para que les viera en directo. En el set list se presentó lo que seria su himno asesino “I WANNA BE SOMEBODY”. Y aunque tanto a ACE como a Bill les encantó la banda y charlaron después del show no salió ningún contrato.
Existía la música, era cruda, era real, pero faltaba algo que llamará mucho más la atención. Durante meses Blackie estuvo perfeccionando el espectáculo y llevándolo a caminos mucho más salvajes y escabrosos. Sierras rodantes en la entrepierna, brazaletes cortantes, una mujer en top less atada a un potro de tortura estilo medieval, carne cruda arrojada, el nombre del grupo en llamas y beber sangre fue entre otras cosas el atrezzo que integraron a su música.
Toda esa combinación músico teatral cambió todo para WASP. Después del Troubadour la banda se sumergió en una reputación canalla en Los Ángeles. La gente empezó a acudir en masa a sus conciertos y con el tiempo consiguieron desde discos de oro hasta de platino y siendo una de las bandas más influyentes de futuras estrellas como Guns n’ Roses y sobretodo siendo objetivo de todos los padres de los adolescentes americanos.
LA MALA REPUTACIÓN COMO CAMINO CORTO DEL ÉXITO.
WASP triunfó no solo porque le gustara a la gente su música, sino también por los críticos y la gente que les tenía miedo. Porque la sociedad en conjunto les temía. Cuando veías otras bandas de rock teatral parecían artificiales. Ellos eran tipos realmente enfadados con el mundo y sabían transmitirlo. Había una autenticidad en ellos que asustaba.
No podían llegar donde querían con su mensaje y durante los dos primeros discos atacaron a todo el mundo a través de su arte. Cada concierto era como si fuera una pelea y así afrontaban cada show.
En realidad, nunca quisieron ser una banda de shock rock pero fue el camino más corto para llegar a ser relevantes, su objetivo era lanzar un mensaje social. Y una vez conseguida la popularidad fueron alejándose de todo aquello que los catapultó a la fama.
Se dieron cuenta que, a pesar de tener un disco súper exitoso de debut, nadie hablaba de la música y todo estaba centrado en el show. Un disco que con el tiempo se ha convertido en todo un referente clásico de la época pero que por aquel entonces no importó a penas.
La formación de WASP entonces estaba formada por Lawless al bajo, Holmes y Piper a la guitarra y Tony Richards a la batería, que son los que aparecen en la portada del disco de debut. Pero solo Lawless estuvo en la portada de los discos siguientes The Last Command (1985) e Inside The Electric Circus (1986).
No fue una decisión consciente aquel cambio respecto a las portadas. Tony fue expulsado de la banda a la fuerza en contra de la voluntad del resto. Él tenia un grave problema con las drogas y en ese momento se firmó un contrato con EMI que detectó el problema y no quería a Tony en el grupo. Fue el contrato más grande de la discográfica, 2,5 millones de dólares y fue como si hubieran ganado la lotería de la noche a la mañana. EMI había invertido mucho en WASP y no querían problemas adicionales a los ya habituales en una banda de sus características. No se sentían cómodos con aquello y forzaron la salida de Tony siendo reemplazado por Steve Riley.
Desde el momento de la salida de Tony tanto Blackie como Chris se dieron cuenta que estaban heridos de muerte como banda por lo valioso que era Tony tanto a nivel musical como emocional y decidieron nunca más salir todos en portada porque ya nunca se sintieron como una banda sino poco a poco como un proyecto de Blackie Lawless encubierto.
La picardía de WASP les hizo ganar mucha popularidad, sobretodo labrar una mala reputación para Blackie que durante el periodo de tiempo del 84 al 88 en el que Blackie recibió miles de amenazas de muerte, le dispararon dos veces, le manipularon el coche para provocarle accidentes y donde tuvo que intervenir hasta el FBI. Efectos de la gloria que aún hoy en día algunos persisten.
Tuvo claro que la imagen vende entradas de conciertos, hace que tus discos estén en todas las estanterías, aunque también sabía que Hollywood estaba lleno de bandas geniales que no llegaban a ninguna parte pero les faltaba ese plus de las melodias geniales que sacaba WASP de entre su crudeza.
UNA CUESTIÓN DE FE.
Aunque Blackie sigue siendo el líder indestronable, tanto él como la banda han cambiado mucho en parte a la conversión de Lawless al cristianismo. Un giro tan inesperado como irónico en la historia de un hombre cuya banda estuvo unos años infundiendo miedo a toda la clase media estadounidense.
En realidad, ese cambio de actitud no fue algo casual ni producido por alguna circunstancia. Se trató de una extensión de su adolescencia. Siempre ha declarado que se ve desde una perspectiva bíblica como el hijo pródigo que cayó (sus 3 primeros discos) y que sin embargo pudo regresar.
Blackie dejó la iglesia con 18 años por sentirse descontento con el concepto de la religión. Descubrió que era un invento del hombre y convertido en un pensamiento institucionalizado y él no quiso saber nada de ello y emigró en solitario hacia California, lo más lejos que encontró de Nueva York donde explotó toda su rabia de convivir con una familia religiosa sintiéndose enfadado con Dios. Hasta que un día en medio de su vorágine violenta musical y personal se dio cuenta que su enfado en realidad era con el hombre por querer someterlo a una institucionalidad de pensamiento y empezó a volver a la fe, reflexionó que no había nadie más antirreligioso que el propio Jesucristo.
Actualmente su fe se centra en Jesucristo y en la Biblia, nada más. No quiere ni discute ni opina ni necesita la opinión de nadie. Respeta quien quiera hablar, pero no soporta que nadie se interponga en sus ideas. Si no se puede algo sustentar en los escritos bíblicos no quiere saber nada al respecto.
A día de hoy, Blackie se da cuenta que no podía ser el malvado todo el tiempo, cuyo secreto es mantener vivo el niño rebelde que lleva dentro. Y que si alguna vez muere ese niño tendrá el sentido común de retirarse. Felizmente ha añadido al set list aquellas canciones de las que renegó con su transformación y ha sabido hacer de una actitud y situación mala actualmente una buena centrada en la música como arte y no como estilo de vida.
Blackie tan solo es la personificación del sueño americano, de una familia de clase medio baja religiosa. Que trabajo muy duro, que uso su inteligencia y tuvo el sentido necesario para aguantar y poder mantenerse en la cima.
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